- Señala las posibles cargas de la vivienda, como, por ejemplo, la hipoteca.
- Indica las limitaciones de uso, como, por ejemplo, el usufructo de la vivienda.
- Establece una descripción detallada de la vivienda (localización, dirección completa, superficie útil y construida, características de la casa, su referencia catastral, etc.).
- Confirma la titularidad de la propiedad, es decir, quién o quiénes son los propietarios de la vivienda
- Instaura los posibles regímenes del inmueble, como, por ejemplo, si es de protección oficial
- Verificar que la vivienda no tiene ningún problema registral de titularidad: Esto puede servirte para deshacerte de imprevistos con la escritura de la vivienda
- Facilitar la negociación: Si el vendedor o el comprador ya dispone de la nota simple, la otra parte ya no tendrá que solicitarla, por lo que la negociación será más rápida y eficiente
- Verifica los metros cuadrados de la vivienda: La nota simple te mostrará y verificará la superficie útil y construida de la vivienda, sin trampa ni cartón.
¿Cómo solicitar la nota simple de una vivienda?
Solicitar una nota simple puede realizarse de cuatro maneras distintas:
En el Colegio de Registradores de la Propiedad
Es la forma más fácil para obtener la nota simple registral. Basta con acceder a la página web del Colegio de Registradores, pulsar en la pestaña “Registros”, posteriormente en “Registro de la Propiedad” y para finalizar clicar sobre “solicitar Nota Simple”.
A través de una inmobiliaria
También puedes apostar por realizar el trámite a través de una página web especializada. Existen muchas webs y gestorías que ofrecen tramitar la nota simple a cambio de un coste adicional por su gestión.
Para que lo tengas en cuenta, desde el momento en el que solicitas la nota simple registral hasta que la obtienes suelen pasar entre 24 y 48 horas.
Para pedir la nota simple será fundamental conocer al menos uno de los siguientes datos:
- Datos de localización del inmueble para el que se solicita la nota simple (calle, número, municipio, etc.)
- Datos del titular del inmueble (nombre o denominación social y NIF, NIE o pasaporte). Esta es la opción menos probable, pero merece la pena tenerlo en cuenta.
- El número de Registro donde está inscrita la vivienda y los datos registrales de la finca (sección y ordinal)
- El código de identificación CRU que poseen todas las fincas: se puede consultar en el recibo del IBI o en la sede virtual del Catastro.
Antes de solicitarla conviene saber cuánto cuesta la nota simple. Al existir varias opciones para solicitarla cada una tiene un precio diferente:
- En el colegio de Registradores de la Propiedad tiene un precio de 9,02 euros. Puedes pagar con tarjeta bancaria o Paypal.
- A través de un agente intermediario: Si escoges esta opción el coste de la nota simple vendrá incluido en los honorarios.
- A través de webs intermediarias, en las que el gestor te cobrará entre 20 y 30 euros por la solicitud de la nota simple.
La diferencia entre ambos conceptos es que la nota simple es puramente informativa, es decir, según explica la web de Registradores de España, “sirve para que quien la solicita conozca el contenido básico del Registro, y sólo respecto a titulares, derechos y cargas vigentes en el momento de la solicitud”; por tanto, a través de la nota simple no se puede dar información de titulares antiguos o de derechos que ya están cancelados.
La certificación registral, sin embargo, es un documento público que va firmado por el Registrador. Sirve para acreditar el contenido relativo a una finca, conocer las titularidades actuales o antiguas y los derechos vigentes y extinguidos.
En la práctica, para operaciones sencillas y habituales suele admitirse la nota simple como medio para acreditar la propiedad de una finca o su situación de cargas, siendo comúnmente aceptada incluso por las entidades bancarias para el estudio previo a la concesión de préstamos hipotecarios.